Acampar

El camping está lleno de sonidos propios que no se repiten en otro momento. Se destaca el chirrido del cierre de la carpa, especialmente por la noche, o bien temprano a la mañana cuando ya aprieta el sol y no se puede seguir durmiendo. Alguien infla un colchón, con mecánicos movimientos de entrada y salida de aire por el aparatito que compró en el super para procurar un mejor descanso. Y ya en la madrugada, el silencio es absoluto. Las familias duermen después del largo dia, en sus casitas de tela, o los mas suertudos, al reparo de sus soñados motorhomes. Solo queda algún perro vagabundeando y el viento, que insiste sobre las ramas.

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Con Gustavo nos conocimos acampando. Nos pusimos de novios acampando. Él acampó solo, yo acampé sola. Ahora que me acuerdo, mis primeras vacaciones en el mar a los 5 años, fueron en carpa (mi madre no lo soportó, pero esa es otra historia). Para nosotros, el camping es una gran opción y desde hace un tiempo largo vamos con nuestros hijos en el verano. Muchísimos puntos en contra, pocos a favor pero uno muy importante: nos gusta. A mi me pasa algo que es que me obliga a cambiar el chip. Me saca de la rutina sí o sí. Me obliga a pensar distinto. También me rompe mucho las bolas cuando tengo que ir al baño, y ni hablar si llueve y no hay un lugar seco donde apoyar las cosas. Pero todo ese trastorno, en un punto, le hace bien a mi mente que esta programada para habitar y laburar en un departamento a la orilla de la Gral. Paz, todo cerca, todo a mano, con el ruido feroz de los autos corriendo incluso en la madrugada. Ir de camping me recuerda que hay otras maneras de hacer las cosas y me trae aire a la mente junto con el sonido no solo del colchón inflándose, si no, más bien, con pajaritos cantando y ramas meciéndose bien alto en una danza sin coreografía.

Uso, disfruto, pero no me animo a recomendar livianamente «vayan en carpa». El confort esta altamente valorado en estos dias y yo no sé si lo entiendo bien. Acampar implica laboriosidad la mayor parte del tiempo. La recompensa es fugaz, se escapa si no estas atentx. Muchas veces, la prefiero.

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3 de mis campings preferidos:

  • Estancia El Carmen: la segunda casa de mis hijos. Imperdible, lo amamos. Caro pero el mejor.
  • Camping Los Maitenes: a orillas del Lago Futalaufquen, dentro del Parque Nacional Los Alerces. Paraíso
  • Camping La Chacra: en mi amado El Bolsón, con vista el cerro. «Agua caliente 24 hs.»

Publicado por laleaguirre

Me gusta estar cerca de las palabras. Tambien lloro fácil y hablo pavadas.

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